jueves, 27 de enero de 2011

las lágrimas

Yo diría que es una especie de renuncia o autosacrifico, se puede llamar de las dos maneras, y debe serlo de forma consciente en parte, de lo contrario seguiríamos viviendo en el pasado o en el engaño permanente. A veces es muy difícil explicar las lágrimas pero si no las explico como renuncia, de verdad que no sé como explicarlas, como liberación tal vez, como algo que me permite ser lo que soy ahora en su defecto y sin temor a volver a sentir de las cosas pero sin resentir.

Esto dice Cioran: "Es la imposibilidad de llorar la que conserva en nosotros el gusto por las cosas y las hace existir todavía: impide que agotemos su sabor y nos apartemos de ellas." Y agrego que muchas veces llegan a tener control sobre nosotros, llegan a marcar nuestro territorio. Entonces, ¿qué hacemos con los recuerdos?, equivocarse, vivir y morir engañados, he ahí lo que hacemos los hombres y mujeres. Dice Cioran: "Pues nosotros no somos más que por la renuncia a dar libre curso a nuestros deseos supremos: las cosas que entran en la esfera de nuestra tristeza no permanecen en ella más que porque no las hemos sacrificado con nuestros adioses líquidos. Incluso las que permanecen en nuestra admiración es porque no las hemos sentido de ese modo que las confesamos."

Esto me decía un amigo, con creencias budistas: "¿Cómo ves el sacrificio? Porque yo lo veo y asumo no como sufrimiento y pesar, sino como autosuperación. ¿Sí sufres te liberas?, sí entendí bien." Pero el amigo me decía: "Eso es el desapego. Poder mirar al pasado sin que te moleste o incómode. Poder liberarte de esas ataduras del dolor y el rencor, que no es otra cosa que dolor acumulado, dolor sin salida, sin "soltar"."

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