jueves, 27 de enero de 2011

si podemos atraer toda la ruina

Y sobre todo la naturaleza de la madre que está más cerca de la conservación de la vida lo sabe. Pero si podemos atraer toda la ruina del mundo y todas las formas de desdicha y desgracia, ésta sería la mejor prueba de nuestro amor, para salvarnos junto con ellas, porque ¿qué sino otra cosa es el amor? o ¿nos salva de él? Es salir fuera de nosotros mismos, de nuestro egocentrismo.

Esto me escribía una amiga que se llamaba Grecia: "Tú dices que al hombre le asustan las mujeres que les llenan de contenidos o de sentidos y que por el contrario buscan a la mujer por la sensación de vacío que ella significa, de vacío en sí mismo para llenar de nada su vida. Y por otro lado dices que te enamoraste de un joven sólo porque te regaló un collar de cristales, ¿en qué quedamos: somos las mujeres iguales que los hombres?"

Yo entonces le respondí en otro escrito: "Hola, Grecia, bueno, los cristales del collar hay que decir que eran de Indonesia. Yo creo que el hombre tiene esperanza de poder llenar ese vacío, lo que pasa es que se equivoca, a veces la culpa la tiene la propia vanidad, lo que hace que en vez de llenarlo con algo de sentido lo llene de insustancialidades. Y en todo caso somos nosotras las mujeres las que les hacemos creer a los hombres que los tenemos, no nos engañemos, es así, y es entonces cuando hay un mínimo reproche por parte de ellos cuando nos damos cuenta de que se lamentan y que no lo reconocen así. Y nosotras no podemos hacer nada en ese caso sino seguir creyendo que los tenemos pero sin tenerlos. En este caso seguirán así felices. Pero cuando les dejamos entonces son ellos los que se acuerdan definitivamente de lo que han perdido. Si queremos dar sentido a nosotras mismas tenemos que cogerles de una manera o de otra, pero después que nadie se lleve a engaños respecto a ellos, no intentemos dejarles sin habernos llevado lo más noble de ellos para que después no nos lo quiten."

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