viernes, 28 de enero de 2011

madre, es posible vivir

¿Cómo salir de esta parálisis o de esta anulación subjetiva? ¿Cómo guardar y cultivar esa identidad subjetiva? Nuestra vida responde más a otra economía, a la del devenir (en un dejarse ir evolutivo), más ligada al tiempo del universo, que tiene una complejidad y una multiplicidad en su elaboración espiritual. El olvido de que el tiempo en la vida de la mujer es particularmente irreversible. Y se adapta menos que el del hombre a la economía repetitiva, acumulativa, entrópica, en gran parte no evolutiva, que anula nuestro entorno actual. La mujer es madre en la Tierra, madre que sirve de refugio, pero es madre de la inspiración celeste, madre de la acción vital aquí.

Madre, sí, y es posible vivir una vida después de la vida ya vivida. Amar o ser amadas eternamente, he ahí nuestra condena. Que el gesto de confianza que se le ha dado en preservar la vida sea suyo.

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