viernes, 28 de enero de 2011

la falacia naturalista

Con Hume se inaugura el pensamiento empírico, la corriente del naturalismo, donde el “debe ser” sigue o se deriva del “ser”, el “Is Ought passage”, y se crea la falacia naturalista, cuando se deriva el deber ser de todo ser. Pero a pesar de todo lo que representa de progreso para el pensamiento inductivo aquí, hay algo en este naturalismo que yo no puedo aceptar del todo. Y es la sospecha de que lo natural también resulta definido por un conjunto de valores morales previos inculcados en la naturaleza, en la tradición base de una sociedad antigua. Más bien lo natural también está envuelto en este proceso evaluativo de la vida que ha adoptado una serie de formas y valores, esto ya lo supieron ver las últimas filosofías analíticas del lenguaje de Searle y Frankena, al hablar de la falacia de la falacia naturalista.


Y si esto lo extrapolamos a las emociones naturales resulta que casi ninguna emoción es natural o está desatada de algún escrúpulo moral o religioso en su raíz, por lo que es el valor que le damos a ellas lo que nos permite crearlas y manifestarlas, nuevamente la razón sin imponerse por ello, juega sin embargo un papel decisivo sobre ellas. Por tanto, no obedecen a ellas mismas, sino a valores de interpretación. Esto ya lo entendió Epícteto cuando dijo: “Las cosas no nos hace daño sino la interpretación que hacemos de la cosas”

Por ejemplo una emoción cómo el desprecio, no sabemos el impacto tremendo que puede causar en el ser humano, se le está echando de la cueva, se le está diciendo claramente que se le arroja a la muerte.
Y a veces no somos conscientes del daño que somos capaces de causar y del poder de influencia que tenemos sobre los otros seres humanos. Así que seguimos educando a los niños sin decirles que si desprecian a otros niños le hacen un daño muy grande, cuando se podría evitar educando en estas emociones que son básicas, y sin embargo estos niños se siguen despreciando entre ellos. Es por ello necesario que actue la razón también, que gestione el sentido y la interpretación de las emociones. Se trata de una mínima regulación, de un componente extraempírico si se quiere o autorreflexivo, que nos sirve de guía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario