jueves, 27 de enero de 2011

la vida está marcada por acontecimientos irreversibles

A mí no me preocupa envejecer porque significará que voy a ganar ramas, que siempre seremos jóvenes mientras vivimos porque el día siguiente aprenderemos más, aunque cada etapa signifique desentrañar un enigma. Sí, se trata de sentirse más libres ante los propios miedos, ante los fantasmas de los otros, deshacerse de todos los saberes, deberes y bienes inútiles. También la maternidad debería pensarse en su dimensión espiritual y no simplemente material. La mujer está más ligada a la educación de los hijos pequeños, lo que la mantiene en constante relación con los problemas del crecimiento.

La vida está marcada por una serie de acontecimientos irreversibles que definen las etapas de la edad. Así, sobre todo en la mujer, parte de la pubertad (fenómeno que también se produce en los varones jóvenes), de la desfloración, de la concepción, de la gestación, del parto, de la lactancia, acontecimientos que pueden repetirse sin repetición, que se presentan cada vez de forma distinta. Y es que el cuerpo y el espíritu cambian, se produce una evolución física y psíquica. La mujer también vive sus menstruaciones siempre vinculadas a la temporalidad cósmica, si lo pensamos, es decir, a la luna, al sol, a las mereas, a las estaciones.

Y finalmente la menopausia marca otra etapa en el devenir del cuerpo y espíritu femeninos, etapa que se caracteriza por un equilibrio hormonal distinto, por otra relación no sólo en lo social sino en lo cósmico. Y me interesa enlazar el devenir de la mujer con el tiempo natural o cósmico, para que desde aquí se favorezca un tiempo disponible para su vida social, cultural y política. La clave de estos hechos ya no está en el individuo que celebra su aniversario, sino que está más allá de todo eso. Más allá de la economía comercial que detenta una parte de esa clave, que los individuos sufren a menudo, aunque encuentren en ello placeres secundarios. El cumpleaños no puede reducirse asi a un año más y es particularmente cierto en el caso de las mujeres. Pues las mujeres están en perpetuo crecimiento incluyendo también la última parte de su vida.

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