viernes, 28 de enero de 2011

las raíces negadas

Maria Zambrano escribe: "Las raíces negadas a la función de soportar peso, pierden el ser fundamento. Avidas ellas, por mimetismo, arrastradas por el vicio de la repetición, devoran el cuerpo que habían dejado salir, se enredan en él, se confunden con él, son él. Y siguen, prosiguen su reptar apegándose hasta penetrar a un cuerpo nuevo, al cuerpo prometido que se alza sostenido por la docilidad de su raíz, que se hace así como madre, pues sólo hay propiamente madre cuando nace un cuerpo nuevo, un cuerpo hacia la luz que cumple su promesa. Sólo hay madre en el cumplimiento de una promesa de la vida a la luz."

Y como diría Virginia Woolf: "Necesito un lenguaje menudo, como el que los enamorados usan, palabras de una sola sílaba como las que dicen los niños cuando entran en la estancia y encuentran a su madre cosiendo, y cogen una porción de colorida lana, una pluma, un recorte de cretona. Necesito una lechuza, un grito. Nada claro necesito. Nada que surja ya hecho, con todos sus pies, para aposentarse en el suelo."

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