viernes, 28 de enero de 2011

algunos textos de Gala sobre el amor

"Ahora escucho la advertencia de la vieja sin dientes: “Sabes decir al hombre cosas muy lisonjeras, a cambio voy a darte una verdad pequeña: si vas con ellos, no te olvides de ser desdeñosa y orgullosa...” Ahora lo tengo muy presente. Dejé caer sin fuerzas la cabeza sobre los papeles. “Ay, tonta, tonta, tonta”, me reproché serlo.

El hombre ama dos cosas: el peligro y el juego. Si ama a la mujer es porque en ella están juntas las dos. Y también el reposo del guerrero. El se rinde ante ella nada más, se vuelve niño ante ella después de la batalla, juega con ella.

Con tanto pensar desde hace tiempo, ¿cómo no has comprendido que el amor lo sentías sola tú, aislada e incomunicada en ti misma? Has amado subjetivamente, interiormente... Por muchos gestos de amor que hayas hecho... Nunca fuiste correspondida, nunca: atrévete a escribirlo. Te has inventado todo: tenías ramos de flores en tus manos y los depositaste en los primeros brazos que se alargaron para recibirlos. Te rebosaba el sentimiento, y creaste una figura, la primera que se te puso a tiro, para que soportara el peso de tus sueños... Y la reviviste a tu manera, como te habría gustado a ti ser revestida... Fue demasiado peso: lo abrumaste; se ha transformado solo en una sombra. Todo está en el corazón, ya lo creo... Yo he parido al amado y lo sacralicé. Yo he convertido mi amor en una categoría trascendente. Me debilitó la voluptuosidad que nunca había gozado. Y él el hombre se enorgulleció de tener tanto poder sobre la poderosa: el poder de satisfacerla cada vez que ella lo deseaba. La poderosa ciega, qué ironía. Tan ciega que creyó haber hallado un ser supremo al que entregarse, someterse y reverenciar... Demasiadas albardas para un burro tan chico: salió huyendo. Demasiada peana para un ídolo de barro: se cayó y se hizo un millón de pedazos. Yo creí que hacía el amor y lo que estaba era deshaciéndolo a tirones...

Si me he perdido entre zonas oscuras es porque todo en el amor es zona oscura. Y además no da tiempo a encender una luz por pequeña que sea, ni una cerilla: no da tiempo. Ni para reflexionar, ni para ser tenaz hasta convertirse dos en uno... No hay amor absoluto: es todo relativo, pasajero, puntiagudo y doliente. No existe el amor único: todos son pequeños amores sucesivos. Todos son escaramuzas temporales. No hay ninguna que pueda detener el vuelo apresurado del tiempo: tienes que conformarte -¡y lo sabías!- con la concentración para evocarlo, pero estando ya a solas. Sin el amado ya, perdido en el recuerdo... Bebe, bebe, por lo menos, bebe... De una cosa sí estoy covencida: quien convierte el pasado en un presente inmóvil es porque ya se ha muerto hasta para sí misma.

No eches la culpa al tiempo: no es él el que condena, irremisible, al amor a morir: somos nosotros, soy yo quien lo ha empujado sin querer; he sido yo, ignorante y pretenciosa, quien creó la finitud de este amor... Es el amante siempre: quien amaba es quien deja de amar. Si emprendes un camino, cuando miras atrás te haces de piedra. Y mirar hacia delante ya es inútil: no está el amor. Sólo queda el amante que amó y su añoranza. El pasado no se reencarna jamás. Ningún amor futuro lo llena de la misma emoción: ya lo sabías. El tiempo es un verdugo que nos hace a su imagen y semejanza, es decir, pasajeros también. Nos renovamos, cambiamos, transcurrimos. Hay uno de los dos que se dice a sí mismo: “¿Lo amaba?” Y se responde: “Sí, lo amaba, pero no soy el mismo que lo amaba; soy ya otro diferente que no lo ama; dejé de amarlo cuando me convertí en otro” (Proust) ¿Y todo esto ha sucedido de la noche a la mañana? Yo no he cambiado, habrá cambiado él. Pero ¿por qué? ¿Qué he hecho, qué he mirado, qué he dicho, qué sucedió en mi ausencia? ¿El tiempo? Pero en tan poco tiempo... En un momento se ha hundido el mundo y yo con él: las tragedias siempre son tajantes."

Es una selección de textos sobre el amor hecha de la novela de Antonio Gala, Los Papeles de agua.

Esta novela en particular me enganchó y la vengo releyendo desde el pasado verano. Yo creo que tiene un concepto del amor nada trascendente, es porque alguien anda incisivo y quiere seguir criticando a Gala de tener un concepto de trascendencia o de falta de trivialidad, y es todo lo contrario. No es nada vulgar pero tampoco es lo ideal, que para él no existe, lo que hace entonces es darnos algunas recetas de nuestras madres pero las envuelve en un ideal no modélico sino real, nos está dando consejos prácticos, tal vez para jugar con ellos también. Hay otro texto para él revelador, cuando nos dice que el amor engaña al decírselo al amado: "Y es que cualquier amor todo amor al expresarse engaña, hasta cuando dice la verdad. Porque seamos sinceros la dice indiferente de ser o no creído. Como una satisfacción íntima y personal. O quizá es que el amor nace sólo para engañar si se pronuncia. El sexo por el contrario aparte de hablar poco es natural evidente básico y obvio, él no sabe mentir, se nota cuando miente, se acepte o no la trápala."

Después de esta parte de la novela que es más crítica con el amor, es cuando la amada ha sufrido el desengaño y empieza a analizarlo, y es cuando deja libre al amante, sin embargo, éste volverá luego por sí mismo, y entonces cobra una nueva dimensión el sentimiento del amor, una dimensión completamente diferente, donde está lleno de plenitud, de comprensión, de vida y de belleza hacia todas las cosas... pero al final hay también un componente de tragedia en este concepto que podréis comprobar si seguís esta novela, pero que es la tragedia misma de la vida, la de que podemos desprotegernos, bajar las defensas frente a los demás, la de que el amor puede resultar una víctima más de la sociedad, de las circunstancias exteriores. Un poco como también narra Shakespeare en sus novelas. Pero esto ya también tiene un tinte novelado, aunque real qué duda cabe. En esta en concreto al ponerle la voz a una mujer, y además una mujer escritoria, y una mujer que no tiene pelos en la lengua, un poco creo que habla con acento andaluz, pues ha construido un personaje realmente fascinante y que te va envolviendo conforme lo vas escuchando. Una de las cosas que ha conseguido Gala con esta novela es escribir como habla, o casi como se habla, y esto es muy difícil hacerlo, de un modo que no te sea trivial, que diga algo nuevo, que no sea una repetición, sino un cúmulo de sabiduría del pueblo y de verdad.

Esto me lo escribió una amiga, acerca de la novela: "Gracias por la selección. Hay frases increibles, sinceramente no sabría con cual quedarme, quizás la primera, que ha hecho que recuerde aquello que me decía mi madre cuando era pequeña: "hazte de valer", lo malo es que nunca supe jugar al disimulo."

Lo que pasa es que nuestras madres tenían razón, y hay que darse a valer, pero hay que darse a valer en lo que valemos realmente. Y en el juego del amor podemos caer en muchas convenciones que son absurdas. Pero es mejor cuando hay un tiempo de espera, cuando se mantiene la relación a través de algún proyecto común, cuando hay una amistad de base, cuando hay alguna idealización o un ideal donde proyectarnos, y no todo es materialidad.

Otra amiga me escribe lo siguiente de su novela: "He recordado lo que yo llamo "amores souflé". Que son esos en que alguien se enamora supuestamente hasta los tuétanos de ti, te empieza a dorar la píldora, tú caes como una quinceañera, crees que tienes ante ti la pareja perfecta, todo va sobre rosas, y rapidísimo una pequeña temporada, y después...ahh, se siente...de repente el príncipe se muestra como el asqueroso sapo que es (sólo tu mente lo veía como tal príncipe), y te da la estocada...Sí, creo que todas hemos tenido alguna de estas experiencias en alguna ocasión. Nos sirven para aprender sobre los demás, y, sobre todo, sobre nosotras mismas. Resultan dolorosas, pero cuando pasa todo, te das cuenta de cuál es la lección que debías aprender."

Gala tiene una forma de entender el amor, de manera que lo hace trivial, lo vulgariza de algún modo, te lo expresa con palabras de la calle, pero en verdad te está enseñando, te está diciendo lo que es en la realidad. Sin embargo, si lees la manera de entender el amor en Jose Luis Sampedro es diferente, este escritor busca más la evolución espiritual, la capacidad de transformación de lo real, del machismo llega al amante pasivo que es también activo en su modo, y así. Creo que por tanto hemos de tomar estas citas un tanto como apañadas para nosotros y nosotras, pero hemos también de encontrar la forma y el modo de mejorarlas, de interiorizarlas y de darles una fisonomía propiamente nuestra. Es muy difícil aconsejar en amores. Ciertamente estas cosas que me cuentas pasan. A veces lo peor es cuando tú quieres separarte y el otro te culpabiliza, cuando esto me pasó ya entonces tuve más cuidado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario