jueves, 27 de enero de 2011

la definición y el uso sexista del cuerpo

Las mujeres gozan ahora de ciertos derechos que antes no tenían en cuanto a adquisición y disposición de bienes. Pero este progreso es insuficiente y frágil, sólo podrá estabilizarse si va acompañado del derecho a la vida, derecho siempre sexuado. La afirmación de que hombres y mujeres están ahora igualados o en vías de estarlo se ha convertido practicamente en nuevo opio popular, hombres y mujeres no son iguales y orientar el progreso en ese sentido me parece problemático e ilusorio. Así en el plano del trabajo un empresario se apresurará a decir que no quiere mano de obra femenina porque es inestable o en todo caso aceptará contratar mujeres a condición de pagarles menos sin reconocer que a menudo constituyen la mejor mano de obra por su seriedad especialmente a partir de una cierta edad. Y lo que pasa es que las mujeres en vez de hacerse mujeres se hacen hombres. Es lo que exige el mundo masculino a falta del reconocimiento de la identidad femenina. Se afirma que las mujeres han alcanzado a los hombres en el disfrute de sus derechos civiles. ¿Quién piensa en el hecho de que no posean identidad en la vida pública? Su identidad está definida únicamente en relación con la familia. Y esto no le quita el derecho a la libertad, a la identidad y al espíritu. El género humano debiera pensar en sus dos polos de identidad e integrar en la cultura la riqueza de sus bienes relacionados con la vida. La vida vale mucho más que todos los objetos, propiedades o riquezas que podamos imaginar.

Acerca de las diferencias biológicas o genéticas se puede concluir, con los modernos estudios de neurociencia, que los sexos se diferencian de múltiples maneras: por su carga genética, por las gónadas y características sexuales secundarias, por sus hormonas y también por su estructura y funciones cerebrales. Hoy se sabe que los estrógenos no sólo regulan las estructuras cerebrales que están en relación con la síntesis de hormonas sexuales sino que tienen una influencia sobre funciones cognoscitivas como el aprendizaje y la memoria así como sobre estrategias de comportamiento y solución de problemas. Y esto se aplica tanto al hombre como a la mujer ya que la testosterona se convierte en el cerebro en estrógeno y el cerebro es el que determina también la conducta. Sobre el importante papel que juegan las hormonas en la determinación temprana del sexo, se sabe que el cerebro del hombre termina de madurar en la adolescencia, al menos las regiones filogenéticamente más modernas y es de esperar que durante todo ese tiempo las influencias medioambientales, entre las que se cuentan las hormonales tengan una enorme importancia.

Por tanto atendidas las diferencias que pudieran haber en cuanto a percepción visuoespacial, lenguaje, percepción, juicio emocional, y que existen con cierto margen de error apreciadas con resonancia magnetica este margen de diferencia no es tan grande y evidentemente ambos generos compartimos todas esas cualidades, y es más lo que tenemos en común, tan sólo es mucho mayor en el caso como tú dices de la produccion de testosterona pero esto sólo afecta practicamente a la edad de la adolescencia y despues se regula el comportamiento habitual así como el efecto de los estrógenos también depende de la testosterona que se encuentra en el cerebro y se convierte en ellos. En fin que hemos de decir que la educación y el entorno medio ambiental, dado que el cerebro se construye filogenéticamente en el crecimiento infantil y de la adolescencia, y este es también decisivo e influyente.

El tema de nuestra representación en igualdad, de ejercer nuestro derecho a la expresión, una expresión que debe denunciar a mi entender el abuso del cuerpo femenino con fines publicitarios y pornográficos, la discriminación en la definición y el uso sexista del cuerpo, de las imágenes y de lenguaje, las violaciones, secuestros, muertes y explotación de niños, parece que es necesario recordarlo, y es el fruto de un esfuerzo femenino -y no masculino- el tratar de encontrar una fórmula jurídica para definir la vida de las mujeres como ciudadanas.

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