jueves, 27 de enero de 2011

del amor

Esto me escribía una vez un amigo que adoptaba el nombre de Zenón, no el de Citio, sino el de Elea:

"Del amor se habla tanto...Creo, como Shopenhauer que es un "engaño de la naturaleza", dulce a veces, cruel otras, pero cuyo objetivo procreador no pierde de vista. Y, como los amigos de la escuela de Frankfurt, creo que ciertamente está sometido a la historia y con ella varia su ser, su esencia y sus manifestaciones. El amor, de hecho, puede no ser; dicho de otro modo: es fenoménico por mucho que nos obstinemos a tratarlo como si perteneciera a un rango superior. Cristianismo y Mahayana, el amor como el verdadero cemento que une el universo, que une los tiempos.... Y nuestro discurso suele estar motivado por un cristianismo vergonzante. Pero es bello hablar de estas cosas...amiga mía."

Yo le respondía así:

"Estimado amigo: Creo que sí, que se mide con la historia y con el proceso que se crea a través de ella. Pero hay otra inercia hacia el futuro, que es lo que lo mantiene vivo. No son sólo razones biológicas sino culturales. No es sólo un "engaño" pero sí se trata de un "imaginario" cultural, necesita de una creencia o de un valor que le dé sentido o significación."
~

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