miércoles, 26 de enero de 2011

el mismo mal se devaluaría

El mismo mal -en el supuesto de que nosotras tuviésemos también derecho al mal y se nos igualase "por abajo"- se devaluaría cuando pudiesen practicarlo “todos por igual”. O dicho de otra manera cuando se pueda tener acceso a un privilegio “en condiciones de igualdad”, el privilegio habrá dejado de ser un “privilegio”. Lo que invita a meditar sobre si la igualdad “genérica” no será a la postre un objetivo tan inane como lo sería la “genérica” desigualdad o diferencia. Nos igualaríamos en la competitividad en la rapacidad, en todo lo malo que pudiera haber en el otro género.

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